miércoles, 1 de septiembre de 2010

NO SÉ SI QUIERO HUIR




El mundo y los pensamientos huyen juntos hacia adelante
y es la única verdad al alcance de la inteligencia primitiva.
Pero ir hacia adelante es escapar de nada, ir al encuentro
de nadie, volver al olvido por el camino de los áridos raíles.
Este tren sin destino es el único pacto que firmamos a ciegas.

No sé si quiero huir, ni intento hacerlo, ni lo he pensado antes.
Sólo voy dejándome llevar, como el agua del río
apático y sereno, sin vacilar su intento, sin discutir con nadie,
sin hacerse preguntas, fiero y tierno a la vez,
sumiso y altanero, pero nunca con voz de trueno desafiante.

El mundo y sus argumentos, sus recodos, sus trampas, sus dosis
justas de aire, de libertad y de tiempo, me van dejando sin tiempo,
sin espacio y sin miradas para moverme en mi mundo
limitado de argumentos, agrandado de recodos, perfeccionado
de trampas, y reducido de dosis de aire, de libertad y de tiempo.

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