lunes, 20 de septiembre de 2010

AUTORRETRATO



Veamos,
a ver si me adivino,
yo que llamo a las cosas por su nombre
veré si soy capaz de pronunciar el mío.
Me llamo… ¿Qué más da?
Me llamo Carnaval por mis caretas
y noche de San Juan por la magia de descifrar el ritual
del fuego y danzar junto al coro de los lamentos.
Soy todo cuanto siento ser, y soy quien quiero,
soy un poco de nadie, de todos y ninguna,
soy quien un día se busca y otro quien desaparece
y otro quien nunca encuentra sitio para quedarse.
Yo soy el huracán y soy la calma y soy la niebla
densa de los amaneceres, y soy la extraña que besa,
que responde a mi nombre, que se acuesta conmigo.
Soy quien quiero si me quiero, la que se oculta
detrás del velo tan transparente que lo desvela todo.

Soy como tú, como todos los pobres pobladores del mundo;
alegre, casquivana, mujer fatal, lamento de acordeón,
redoble de campanas, y poca solución
para arreglarle a la noche su mañana.
Más que cabeza tengo un corazón, pero con ello vivo
y a ello me remito cuando la gente buena
no ofrece por mi vida ni una sola oración.

(No me dan ocasión de redimirme.)

1 comentario:

  1. ¡Ni se te ocurra redimirte!
    No sé por qué, intuyo que tú eres muchísimas más cosas...

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