miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA POESÍA




Yo te diré quién soy, aunque aún a tu pesar no soy desconocida.

Soy como tú, llevo tu lastre, sostengo tus cadenas,
mantengo tu esperanza, te duermo con la gloria del cielo reencontrado,
te doy la voz cuando tú misma no sabes cómo usarla.
Soy el grito que gritas, el sollozo que dejas quebrado en tu garganta,
soy la voz que reclamas cada vez que te pierdes, y el martillo
que hiere el hierro cuando lo graba a fuego sobre tu frente altiva.
Yo soy tu libertad y soy tu cárcel, tu prudencia, tu ardor y tu osadía,
padezco tu pereza, sostengo tu ilusión, me llevo con tu inercia,
sufro tus decepciones, río con tus victorias,
me duele el abandono y tu indolencia.
Soy el camino llano, la senda tortuosa y el atajo más fácil,
y soy la oscuridad y el faro que da luz, la actividad,
la calma, el fraude, la energía,
la repulsa y el miedo y el dolor, el ansia al terminar,
el aplauso apagado, desconcertado y frío,
la palabra que huye, la mirada que te niega su mirada.
El silencio, el fervor, la soledad…

Me conoces, ¿verdad?
Yo soy la Poesía.

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