
Ayer tuve una idea fabulosa, pero hoy la he olvidado por completo.
Y sé que era buena. Lo sé, porque recuerdo
lo bien que lo pasé mientras la dibujaba
sin lápiz ni papel en las paredes encaladas del cerebro.
Y ahora pretendo de forma temeraria estrujarme la sien,
extraer de su jugo la idea, y recobrarla,
y todo lo que saco es un sucio menjunje agrio como la hiel,
pero ni rastro de aquélla idea fabulosa y temeraria.
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Frases como " dibujaba, sin lápiz ni papel en las paredes encaladas del cerebro" hacen de ti algo especial.
ResponderEliminarLuego te preguntarás por qué me gustan tus poemas.