En mitad del valle se levantan mansiones asombradas
con ventanas abiertas de par en par al infinito
de una noche que se presume negra
con viento desgarrado
furia y silencio.
Y atravesando el páramo luminosos y alados esqueletos
ocupan la ciudad rompiendo la armonía del estío
se atrincheran protegidos en círculos
y se quiebran como cristal
pisado por el miedo.
Ráfagas de luz barren la tierra mientras nacen a la vida
nuevos dioses que recuerdan religiones olvidadas,
nos hacemos diminutos, olvidamos amar
y no soñamos. Somos de nuevo
marionetas sin resortes
y sin hilos.
Cabizbajos.
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario