
Ya todo está tranquilo,
mas la calma que procede del fondo
solo es a los ojos apariencia.
Ya todo está sereno
y no hay pruebas de que algo terrible ha sucedido.
Las olas se quedaron dormidas sobre la superficie
en la mirada quieta de una ninfa curiosa y asustada.
Del fondo más negro y misterioso de las aguas
no asoma ni un quejido, ni el eco de una voz repetida y lejana,
y sin embargo están ahí ya para siempre
donde solo serán el llanto en una choza al otro lado,
en la frontera de una ciudad olvidada en los mapas,
un dato y ningún nombre, una fecha que olvidaremos pronto,
una pregunta y nada más. Cerramos la carpeta y archivamos
la historia y la memoria. Reanudamos la ausencia.
Mientras el mar una vez más nos ha ganado a todos
y llora solo con su salado grito en su inmenso y desolado lagrimar.
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Ya sé. Las ninfas están en los bosques. He de rectificar eso
ResponderEliminarCómo licencia poética lo de la ninfa sobre las olas no chirría, así que no tienes por qué cambiarlo, a mi humilde entender.
ResponderEliminarPor lo demás muy triste y muy tremendo. Gracias por recordar que hay que recordarles.