sábado, 30 de junio de 2012

NO ESTÁBAMOS ALEGRES

No estábamos alegres.

Hacíamos el amor como los locos
enganchados al ritmo de la inercia,
por costumbre, sin ganas, para matar
los tiempos muertos de la melancolía.

Yo no quería morir en el intento
de convertir de nuevo las cenizas
en rescoldo de fuego y hacer brotar
la llamas como cuando el amor
inventa algarabías.

Pero no estábamos alegres.
Moríamos sin tregua a cada intento
de amarnos, mientras el verbo de la utopía
que forjamos se moría sin ganas
de creer de nuevo en un proyecto caduco,
vencido, imaginado.

Ya nunca más estuvimos alegres.
Nos dejamos llevar como los maniquíes
hacia un lugar remoto sin recuerdos
donde el amor tenía un extraño parecido a nada.




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1 comentario:

  1. Bello, Maria, bello. Y como siempre, la musa llega a ti para resplandecer el cielo, amiga.
    Te felicito.

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