miércoles, 29 de febrero de 2012

LA VERDE SOLEDAD DEL AGUA


¿Cómo contaros del olor del alba y de la yerbabuena?
¿cómo deciros del rumor del viento?

Vengo impregnada de perfume a jara y a mastranto,
inundada de un aire que desborda aromas enquistados
en la mente fecunda que va tomando forma,
asimilando viejos estados primitivos,
incrustándome los poros con su esencia.

Traigo materia para que dure el tiempo justo.
Escatimando anhelos y suspiros y respirando poco
para no quedarme pronto sin la médula,
tendrá que darme vida hasta que vuelva.

Vengo oyendo deslizarse lento el río,
hablando bajo con la seca hojarasca,
enviando suspiros a los pinos verdosos,
quejándome del fuego que lastimó la tierra.

Traigo la verde soledad del agua,
la dureza del risco,
la ternura del aire cuando mece las ramas,
la premura del tiempo,
la resina del pino endurecida
apretada en las manos, hiriéndome las uñas,
regenerando la piel del sentimiento.

Quisiera ser flor de la jara
pero soy la arisca peña entre los pinos
que no sabe contaros de qué habla
lo que susurra quedo el rumor del viento,
ni a qué huele el silencio ni qué dice la noche
ni qué canción sin letra cantábamos al alba.


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2 comentarios:

  1. !Pero que belleza estos versos!:Nostalgia, soledad anhelante,amor y esperanza. Me ha encantado tu poema, Maria, muchas gracias son exquisitos. Un abrazo,

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  2. Todo un mundo de sensaciones, incrustado en la médula de tus versos. Esto huele a naturaleza en estado puro.

    Besos

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