viernes, 17 de febrero de 2012

CONFÍO...


Cuando salgo por las mañanas a trabajar
aun no han puesto las calles, no funciona la vida,
no circulan los autobuses,
no huele el pan recién hecho en las tahonas.
Solo la sirena histérica de un coche de policía
frecuenta el barrio en esta hora intermedia.
Mi vaho roza el relente con el de otro transeúnte
aterido y contrahecho por el frío
y es como un saludo solidario
que nos damos sin mirarnos los desconocidos.

Confío que mis hijos se levanten con tiempo
para ir al colegio
y confío en que no les pase nada por la calle.
Confío en que no me despidan el viernes
al acabar la jornada de trabajo.
Confío en no romperme un hueso
si resbalo con esta capa de hielo que cubre el suelo.

Cuando vuelvo a mi casa están quitando
las calles que conozco,
están apagando el día y encendiendo la noche.

Confío en que todo continúe igual por la mañana…



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