jueves, 28 de julio de 2011

TEATRO



Cuando cae el telón no acaba nada
si no que empieza a circular la vida.

Se acelera en los bares hasta la madrugada
y se beben las luces de las avenidas
y despierta el ritmo de la monotonía.

Cuando cae el telón y la función acaba
nos han dado aire para seguir viviendo,
nos hemos desprendido de las telarañas
y nos hemos asomado al otro mundo
en el que siendo igual nada parece.

La vida que hemos visto vivir sobre las tablas
no es de nadie pero la hacemos nuestra.
Vivimos en su drama o en su sonrisa de comedia
lo que de la propia vida se nos escapa.

Cuando cae el telón a veces nos miramos
y sin decirnos nada preguntamos
si el autor nos espió desde otra casa,
o si vivió camuflado en el salón
en el portarretrato de algún desconocido.



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