martes, 31 de agosto de 2010

RECUENTO



Me quedan algunas cartas que escribir
y hacer algunas confesiones que retuve por miedo
o avaricia de no darlo todo estando a tiempo.

Me queda solicitar perdón, esperar una disculpa
y hacer alguna que otra aclaración
para dejar todas mis cuentas claras.

A mí tal vez me tengan que justificar algún olvido,
razonarme los motivos de todos los silencios
o seguir silenciando el descuido y la omisión.

Pero todo cuanto deben lo borré de mis libros
y no queda constancia de la deuda.
Que nadie tenga prisa por devolver los besos,
por llenar el vacío que se adivina eterno
por llamar a mi puerta
y sentarse conmigo a proyectar el tiempo
y tomarme las manos
y platicar del día infinitamente lento que se aleja…

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