domingo, 12 de agosto de 2012

EN LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

En la estación la atmósfera es asfixiante,
el aire se mastica, los olores putrefactos
de los cuerpos adheridos a sus equipajes
aumenta la rancia densidad
del queroseno

-¿qué es ese olor insoportable mezclado
con el ronquido sordo de motores?-

Gente de rostros agrios y voraces
que miran hacia el suelo con agravio

Dos chiquillos con caras de dormidos
jugando a ser pacientes

Jóvenes felices bromeando,
compartiendo bocadillos y cerveza

Marchan de veraneo, ¡bien!, de vacaciones
unos, otros por asuntos laborales,

venta de menudencias, pequeños traficantes
que esperan su ganancia allá en la playa.

Se soporta la peste, la espera,
el precio que hay que pagar por el dolor,
y el sudor, el sudor, el sudor…

El queroseno expulsa su perfume turbio
y vomitivo y la solidez del aire es una viscosa
capa de mantequilla que se adhiere a la piel
como una mano intensa de maquillaje.

          -Todo es asqueroso, insoportable-.

Pero lo soportamos, qué remedio.

Vamos de veraneo, ¡bien! de vacaciones.

        Otros pueden viajar en tren
                                 o en avión…
                         …O van en coche.

Nosotros, de madrugada
partimos desde una estación sucia y oscura
donde todos los olores son durezas del alma
hacia donde nos deje el autobús
al final de la noche.




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1 comentario:

  1. El tránsito a las vacaciones puede llegar a tener momentos insoportables. Realidad pura y dura.

    Besos

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