Me hablaste con los besos en la boca
y respondí con besos en la boca y los ojos.
Me hablaste con la ternura de la roca
y respondí con la dureza misma del granito.
Me hablaste desde el hielo,
con la finura intensa de la estalactita
clavada entre los huesos,
y respondí encajando el puñal sobre tu herida.
Las cosas son así.
Tu hablas yo respondo.
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Precioso dialogo, si siempre encuentra respuesta.
ResponderEliminarBesos
si fuese así siempre, que bien, ¿verdad?
Eliminargracias, josé Manuel
Por todos los diablos!!!!
ResponderEliminarTus versos son endiabladamente magníficos.
Salud!