miércoles, 11 de enero de 2012

LA MAÑANA DE TODOS LOS DÍAS

Voy caminando por una estera fría de nieves enquistadas
en la mañana que acabará siendo la mañana sin fin,
la de todos los días.

Sueño que apareces sobre la luna inmensa cabalgando
y en su infinita fortaleza de montañas de roca calcinada
yo sobrevivo agarrada a la raíz de un sueño sin futuro.

Miro hacia atrás y el sueño se me escapa
y vienes tras el sueño navegando en espirales huecas
de espuma que tragan hacia dentro tu figura
y te pierdo en el acto.

Y al momento te pierdo
como perdí a la nieve aquella madrugada
cuando todo fue blanco de repente
y yo estaba en el sueño persiguiendo tu luna y tu misterio
en el frío glacial de tu mirada.



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1 comentario:

  1. El sueño se desnuda en la realidad del final de estos versos.
    Y desgarra...

    Un beso grande

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