Un día llegó
y tal como llegó se convirtió en ausencia
voló
y tras su esencia se fue mi corazón tan ciego
tropezando
en las mismas excusas de otros duelos.
Cantaron
en alboroto de corral las golondrinas
como gallinas
ciegas, torpes y corrompidas, como aquél
corazón
convertido en ausencia, en dolor y en olvido.
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La ausencia nos convierte en esclavos de los recuerdos, y en mendigos de los sentimientos.
ResponderEliminarBesos