domingo, 25 de marzo de 2012
LA ESTRIDENTE VOZ DE LA CHICHARRA
Creí haber olvidado la irritante canción de las chicharras
y he aquí que las vuelvo a escuchar tronando,
-debe ser un coro-
lamento esquizofrénico el de la triste y chillona
voz de las cigarras que se clava en la media
luna del postigo
sentadas a descansar en el umbral del alba.
Se me olvidó que he muerto
que recogí mis restos sin atar y los eché a la espalda.
Debió ser un olvido pasajero.
Se me olvidó olvidar lo que se debe
para que no duela el tiempo del olvido.
Por eso ha vuelto la voz de la chicharra
a perturbar el eco
y se ha sentado ante mi puerta a despertar
mi sueño de la muerte efímera
que vivo con la estridente voz de la cigarra.
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El olvido tambien puede ser una forma de liberanos de los malos recuerdos.
ResponderEliminarBesos
Se me olvidó que he muerto
ResponderEliminarSe me olvidó olvidar lo que se debe
para que no duela el tiempo del olvido.
Unos versos sublimes, mi más sincera admiración.
Salud!