Hoy soy una mujer como una estrella
subida al firmamento de mi cielo.
No tengo edad, mi brillo me ilumina,
en los cristales de la luz de marzo me reflejo.
Me veo transparente y clara, inmensa y grande.
Llego sin escalas hasta las altas cumbres
que subieron para alejarlas de mi altura,
pero no hay dificultad que pueda detenerme.
Me crezco a voluntad de cada impedimento
y me ofrezco a la humildad de los vencidos
y al satisfecho orgullo del maestro
y a toda la dignidad del ser humano.
Soy como tú, y en eso estamos.
Y si nada ni nadie lo remedia
somos igual de grandes o pequeños
y al morir seguiremos siendo parecidos,
iguales, más o menos.
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Maria, me encanto tu poema "Iguales, mas o menos" tiene una grandeza enorme puesto que tu alta estima brilla como el sol. Gracias, me encanta leer versos como los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo,
La diferencia entre nosotros es un sueño durante la vida, al morir despertamos para comprobar que todos somos iguales.
ResponderEliminarBesos
Lola, Toda tu grandeza, la has dejado reflejada en este magnífico poema, me quito el sombrero ante tí. Otro para enmarcar.
ResponderEliminarMil besos querida poeta
Bueno, no suelo ver tantos comentarios en las entradas ami blog. Pero me dais una gran alegría y os estoy muy agradecida por estar ahí y dedicarme unas palabras bonitas.
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