Llegar a un poema que te cala como una lluvia fina
de cristales molidos
desde dentro hacia fuera,
desde la piel que recubre las venas
hasta la sucia invención de la conciencia,
es como andar por un Edén feo y envejecido
que ha perdido los favores de dios
y ha quedado olvidado por los hombres.
Ayer entré, como quien entra en una calle nueva,
por un poema de Elvira Daudet
que algún amigo me puso entre las manos,
y me quedé viviendo
donde viven aquellos sentimientos
que no son invitados,
que pernoctan como los andarríos
sobre los adoquines, o en portales vacíos
sobre cartones sucios de desdén,
desgarro y desarraigo.
Miré desde la cima que alguien puso en la tierra
para que fuese difícil amar a corazón abierto
a esos que perece que no merecen nada,
y los vi contemplando la ironía
de los que andamos peleando por un sitio en el mundo,
y bajé de la cima a la sima
y me abracé a sus miedos y no sequé su llanto.
Pero les grité,
-no sé si me entendieron-,
agárrense a la vida y aprieten bien los puños,
que la Daudet anda suelta
y está pensando.
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Maria, hermosa inspiracion; es impresionante como las letras de los que saben plasmar los rios en cada poema nos llevan a un caudal de pensamientos y esperanza. Tu poema no tiene nada que enviarle al de la Daudet.
ResponderEliminarUn abrazo, Maria.
Muchas gracias, Noris, siempre tan atenta, leyendo lo que te lelga desde España. ya sé que estás en EEUU, a veces entro en tu blog y digo algo, pero no mucho. Un beso fuerte.
EliminarGracias, María, por tu visión tan generosa y estimulante sobre mi cuarto kilo de persona.Ya quisiera ser esa supermujer que has plasmado y tener la capacidad de resolver, aunque fuera una mínima parte, tanta miseria por un lado y tanta avaricia por otro, pero mi única arma es la poesía, que por desgracia no sirve para mucho.
ResponderEliminarTiene razón Noris; tu precioso poema, lleno de sensibilidad y de gracia no tiene nada que envidiar, no ya a la Daudet, sino a los Poetas Mayores. ¿Serías tan amable de enviarlo al correo mío que tiene Amelia?
Gracias, volveré por tu casa a gozar de tus versos.
Un abrazo
Elvira
Elvira
Elvira
No me qudda otra que responder agradecida, absolutamente agradecida por esta inesprada respuesta. No conocía el detalle de que Amelia fuese amiga o conocida tuya, y esto, logicamente, ha favorecido que pudieras leer el poema. Me pongo en la tesitura de que no te hubiese gustado, o que no te ilusionara que cualquier desconocida ande escribiendo cosas que sobre tí. Lo cierto es que lamento tener que admitir que no te conocía hasta ayer, que Amelia puso en el muro aquel poema y la entrevista, que por cierto aunno he podido ver completa.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu respuesta, y aunque no sé si la leerás aquí, aquí se queda, por si acaso.
Muchas gracias y n beso grande.