viernes, 24 de febrero de 2012
NÁUFRAGOS
Un día naufragué, me hundí,
emergí, me hundí de nuevo
y me atablé a tu balsa salvadora
y remamos los dos al mismo tiempo.
Sostenemos el mundo
sobre el que descansamos
y nos salvamos y nos hundimos juntos
de forma permanente.
Morimos y vivimos,
nadamos, resistimos
y arribamos a una isla que flota
sobre todos los mapas
en rutas diferentes
y en destinos que nos alejan
de todos los vividos.
Nos alimentan las migajas que nos sobran
nos ofrecemos los dos como atalaya,
nos distraemos sobre la misma ola.
Mientras pintas la arena desnuda de la playa
sobre la misma arena yo te escribo mis versos.
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Maravilloso naufrágio, si de él pueden surgir unos bellos versos de esperanza.
ResponderEliminarBesos