miércoles, 22 de febrero de 2012
ATERIDA EL ALMA POR EL FRÍO
Aterido,
con el alma encogida por el frío,
con un viento glacial que congela la sonrisa,
la soledad pasmada de quien tiene la esperanza
de otro mundo
que se hace eterno sobre la escarcha.
Ay, amor, mala combinación
la soledad y el frío.
Peor cuando el frío no es una temperatura.
Cuando es una combustión que congela la piel
de los adentros,
cuando es un río que marcha en otra dirección,
con el caudal invertido a razón de otros vientos.
Aterido de frío el corazón,
helado por la simple rociada de los días,
aterida la voz de tanto trueno,
salpicados de nieve el sueño, la razón
y el miedo.
Ay, amor, mala combinación
la soledad, el frío, el miedo.
Y allá en sus mansiones ellos, y en los despachos ellos,
eufóricos, calientes,
y de sus bocas escapa un vaho destructor
que muerden el frío que provocan
cuando promulgan leyes y redactan edictos,
y nos hacen serias llamadas a la cordura,
nos invitan a estar quietos y a permanecer mudos.
Ay, amor, mala combinación
la soledad, el frío, el miedo y la locura.
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La peor soledad, el peor frío, es el provocado por el miedo del cuerpo y la locura del alma.
ResponderEliminarBesos
Todo tiene un porqué. Ni la soledad ni el frío nos dolería en circunstancias menos dificiles.
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