miércoles, 29 de septiembre de 2010
ACUERDO PARA DOS
Nos pusimos de acuerdo para escribir un nombre,
y mientras tú escribes el mío cien veces con tu letra de hombre, recia y clara,
-combinación perfecta de gesto y armonía-,
yo voy pintando signos que se leen sin orden ni concierto, atropelladas…
…Palabras, disimulos, rencor, tarjetas de visita, mercado común,
Nixon, Biafra, Pakistan, conquistas espaciales, hambre, sed,
desequilibrio, miedo.
Política, evolución, revaluación de precios, nueva generación.
Operaciones, cambios, garantías, reclamaciones, recursos,
apelaciones, ruegos.
Consejo de guerra (Burgos), política de ficción, carreras contra reloj,
literatura, drogas, dispersión, robos de coches, secuestro de una niña,
de un cónsul, de un avión…
Pliegos fiscales, funcionarios públicos,
ministros, banqueros, joyeros, presidentes… huellas dactilares,
Números, cifras, candidatos al reino,
premoniciones, supersticiones, hinchas hinchados, sombras sombrías,
dilemas diluidos, diluvios y sequías,
pobreza, desnutrición, vacío… Un coche vuela por los aires
(milagro inapelable de técnica chapucera que nos mete el corazón en un embudo
sin rendijas ni puertas ni resquicios por donde pueda escapar el miedo
o hallar una salida…
¡Ay!... Platero se ha quedado rezagado en el tiempo
y tú escribes mi nombre habiendo tantas cosas que escribir…
(Cuarenta años más tarde han cambiado nombres de calles, etiquetas…
Yo sigo pintando signos y escribiendo nombres,
mis ideas están ahí desvaídas pero intactas aun en mi cuaderno
y tú no escribes mi nombre con tu letra de hombre recia y clara.)
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