domingo, 19 de junio de 2011
ADIVINAR
Adivino este mar que tengo entre las manos.
Es la ría de Huelva, el mar por Punta Umbría,
el estuario del Odiel, la isla de Tartessos,
y ese mar verde de olivos que se asoma a mi espalda
es el silencio de la tarde que hierve a fuego lento
y sigue siendo el corazón que ella no tiene como coto.
Ese sonar de cobre que se mece en las rías
y ese torrente de pinos que se yergue soberbio
son las páginas negras de tacones de hielo azucarado,
son los versos afilados de hiriente poesía
que se clavan al sur de los costados.
Adivino este mar que se licuó amarillo y me mostró la herida.
Adivinar es ir pisando la carne aun sin cicatrices,
hincándome las uñas en la costra del miedo
que me acompaña siempre a todos lados.
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Querida amiga. Me has dejado, literalmente, sin palabras, pero conmocionada. Alguna lágrima asoma... gracias porque es lágrima de miel.
ResponderEliminarPodría decirte que es de lo mejor que te he leído pero no sería objetiva. No es solo el tema sino el fondo de tanta agua la que has tocado... gracias, desde dentro, desde donde tú has llegado.