miércoles, 13 de octubre de 2010
SONRÍEN, QUE NO ES POCO
Ningún día sin amor, dice el cartel de la publicidad
ordenando desde el alto pupitre la rigidez sonriente
de un modelo muy bello y bien alimentado.
Ningún día sin yogur, sin coca cola, sin la mejor canción,
sin la más divertida compañía.
Ningún día solo, dice el cartel que se lee desde las cuatro esquinas
de la casa de enfrente abandonada
donde los indigentes beben agua de las alcantarillas
y vino de un cartón que tiene cuatro lados de racimos negros
de uva mancillada con agua maldita.
Lo tienen tan aprendido todo.
Ningún día sin dolor.
A veces, cuando se sienten bien, sonríen como si le hicieran caso
al cartel que ilumina aquella esquina
se rascan la cabeza por detrás de la oreja
recuerdan aquélla vez que tuvieron un deseo,
patean una piedra.
Sonríen, que no es poco.
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