lunes, 11 de octubre de 2010
NO TENER DONDE CAERME VIVA
A veces, recogida en un silencio involuntario,
me veo doblada en cuatro trazos como un papel
que va a ser artículo de papiroflexia,
y me siento extraña para mi propio cuerpo,
ajena de mi piel, difusa y difundida
como si mi propia voluntad fuese de otro.
Es algo parecido a la locura, me pregunto,
al desvarío,
no reaccionar ante el deseo urgente de tener un deseo,
de sentir emociones, necesidades, vicios…
Y me miro hacia dentro y veo el centro vacío
y me grito hacia dentro y retumban mis voces
chocando violentas contra el eco desde el sexo a los sesos,
y me lloro hacia dentro y me duele no saber donde caerme viva,
porque sé que muerta ya resbalé hacia dentro.
Como si no tuviese alma, me pregunto,
o no saber donde caerme viva…
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