Cabiria sin sus noches
o Elvis sin las Vegas,
Napoleón sin Josefina y yo sin aire.
La noche sin la luna,
la tierra sin su tierra,
Thelma sin Louise o viceversa
y yo sin nadie que me sostenga
el aire.
Los árboles sin sombra,
Zipi sin Zape,
el circo sin payasos,
y yo sin voz para decir tu nombre.
Todo se queda a medias
y le faltan notas a la melodía
y líneas de suspensión a mi memoria
y al universo le falta saber y que me diga
por qué no estás cuando te necesito
porque no me contestas cuando grito
preguntándole a voces por tu ausencia.
A la tierra le falta el aire
a las cosas creadas le falta el apellido,
la sombra a la presencia y el aroma a la tarde.
Todo oscila en el aire descompuesto en partículas
y sin pareja para danzar en el sobrio salón de los suspiros.
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Cuando falta la mitad de algo, sentimos más profunda la ausencia.
ResponderEliminarBesos