viernes, 27 de enero de 2012

ATRAPADA EN LA NIEBLA


Atrapada en la niebla, sin recursos,
te acercas hasta mí con los ojos cerrados
y me enseñas a caminar a ciegas,
a tantear en el espacio las sombras de los días
que me salen al paso
y a evitar tentaciones
como moles
que tienen la facultad de ser copiadas
en la más tremenda oscuridad de las tinieblas.

Atrapada en la niebla, te confieso
que nunca supe dar dos pasos sin licencia
de los pobres recursos de mis ojos,
y mis manos extendidas han tropezado siempre
con la pared de enfrente, con el peldaño alto
y con la tapia feroz de la conciencia.

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