viernes, 16 de septiembre de 2011
SE HACEN VERSOS POR ENCARGO
Colgó en su puerta un cartel
como si fuese modista, ate-ese o quiromante.
Pero sólo era poeta.
Sobre cartulina blanca, imitando letra inglesa,
El cartel decía así:
“SE HACEN VERSOS POR ENCARGO Y A MEDIDA
RAZÓN AQUÍ.”
Y se sentó a ver la vida sin ver a nadie venir.
Y a falta de parroquianos, fue su clienta más fiel y más devota.
Se escribe versos profanos, se dedica las lisonjas que nadie le pide nunca,
y se mantiene a la espera, aún paciente,
esperando que un cliente le pida un verso, un pareado, una estrofa,
o alguna carta de amor.
Desde hace mucho tiempo, por creer que alguien la llama,
golpea con los nudillos en la puerta antes de abrir.
Por la puerta pasa el viento, mueve el cartel, dice adios.
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