jueves, 21 de abril de 2011
EL REGALO DE CADA MAÑANA
Olvidé que aun me quedan por decir algunas cosas.
Dejemos al pasado haciendo equilibrios
sobre la cuerda floja
y hablemos sin problemas del presente.
Para empezar diré que nunca he creído en los milagros
que me gusta escribir y hacer ganchillo
-aunque hasta a mí me suene a algo raro-,
que aun tengo la manía de creer en la gente
y a veces me detengo a hablar conmigo misma.
Y el presente es el sitio donde me encuentro ahora,
es el momento que me miro a la cara,
es el frío que siento cuando me roza el viento
y es el silencio con que respondes a mis cartas.
Mis cartas son el muro en el que cuelgo versos,
mis palabras son ritmos cardiacos
que te regalo aquí cada mañana.
Mi ilusión sería verme retratada en un boceto
sobre un suelo de hierba manchado con escarcha.
Había olvidado decir algunas cosas
pero ya nada importa, pues ya nos conocemos
y somos razonablemente amigos para todo.
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