Una figura humana femenina
hunde un rostro que quiero adivinar
entre sus greñas sucias, despeinadas,
y soporta un cartel rudimentario
donde más que pedir, explica,
tiene hambre.
Esconde el miedo y la mirada anclando la cabeza
sobre los adoquines, tal vez equivocada, o su mirada
es triste o salpicada de rojo y cicatrices
y yo escondo la conciencia en los bolsillos de un abrigo
que protegen del frío mis manos enguantadas, suspicaces
de todo menos de dar calor a quien lo pide.
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Excelentes versos que retratan en un solo cuadro dos vidas similares, con la diferencia que uno quizá tienen dinero y la otra definitivamente no tiene, quisiera con tu permiso compartir este poema (por supuesto dándote tu merito) en mi blog: http://memorias24.blogspot.com/ De antemano muchas gracias, me encanta como escribes, saludos desde Caracas - Venezuela
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