Su alguna vez te acercas y me miras
y solo entonces descubres mi existencia,
y me pides un cigarrillo, aunque no fumas,
y pides que te de fuego, aunque te ahogues,
cuenta conmigo, que aunque mueras
y me muera contigo,
te daré con amor la muerte que me pides.
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Por todos los demonios qué poema más hermoso... lo he leído cinco veces. Cinco... me ha estremecido y te abrazo desde aquí, amiga...
ResponderEliminarMe encanta ver fumar, hay un componente erótico en esa foto que lo deja muy claro. No puedo hacerlo, pero a mi pesar. Me conformo con ver fumar y morir viendo esa expresión, imaginando el olor de ese cigarrillo y la sensualidad que despiden esos ojos cerrados por el humo.
ResponderEliminarSí que es sensual ver fumar a algunos.
ResponderEliminarPero a mi me gusta más tu poema, que una calada en momentos de angustia:)
Besos
Otra EXAGERÁ.
ResponderEliminarPero gracias.